Para definir Galicia hay que acudir a palabras de apariencia sencilla, pero de fuerza extraordinaria: agua, tierra, piedra... Esta región es indisociable de la naturaleza, su identidad está arraigada en las entrañas de sus bosques y en la profundidad del mar.
El agua forma parte de su esencia y sin ella no existirían las termas de Ourense, ni las Fragas do Eume, ni los cientos de torrentes que irrigan la tierra y la convierten en un vergel. El agua de la lluvia saca brillo a la vetusta piedra de las ciudades históricas y la del mar baña su casi 1500 km de costas.
También es una tierra con una gastronomía excelente porque su marisco crece en el frío mar y su ganado pasta en prados siempre verdes. Incluso la modernidad de sus principales ciudades, Vigo y A Coruña, se ha forjado mirando al mar.
Esta conjunción convierte a Galicia en una sorpresa impredecible para el visitante, un destino lleno de emociones que permite combinar playa, montaña, aventuras, cultura y gastronomía, y que esta guía permitirá descubrir en todo su esplendor.